miércoles, 16 de diciembre de 2015

Crumble de frutas para Navidad

  





 Diciembre. El invierno está aquí silencioso y frío. Es el momento del reposo de la naturaleza que se llena de sueño... La tierra de los campos amanece gélida, escarchada, como espolvoreada de azúcar. A menudo las nieblas velan el paisaje y dejan una luz grisácea que permanece inmóvil. Esa luminosidad penumbrosa encierra una belleza de plata que envuelve también la ciudad de agua.

La Navidad se acerca aunque no se sienta desde hace tiempo. Se percibe en los escaparates, los adornos luminosos de jardines y calles. Pero nada como el cielo nocturno de invierno tachonado de estrellas me evoca la magia de las fiestas navideñas de la infancia.


Cuando observo el terreno árido y resquebrajado de la campiña recuerdo que el invierno es también la estación de la semilla escondida en la oscura profundidad de la tierra hasta que germine y despunte en primavera mirando el cielo. La tierra que veo parece una costra y paseando me llegan aromas del frío norte que traen a mi memoria el dulce que me preparó una vez mi amiga inglesa Bridget: crumble de manzana y calabaza. Puede ser una opción diferente para un postre de Navidad. Tiene una base frutada y por encima unas migas crujientes (crumbs en inglés), de ahì su nombre.


                                 Crumble especiado de Calabaza y Manzana 



Ingredientes para 6 personas

Para la base frutada
Mantequilla: 20 gr.
calabaza cortada en cuadritos: 400 gr.
manzanas jugosas: 3
Azúcar moreno 60 gr.o 3 cucharadas a gusto
Uva pasa: 3 cucharadas
Jugo de medio limón
Especias a gusto, un pellizco: canela; jenjibre; clavo
Para las migas de la cubierta:
Mantequilla: 80 gr.
Harina 150 gr.
Azúcar moreno: 120 gr.
Bicarbonato media cucharita
Sal: un pellizco
Presentación con una bola de helado de vainilla, chocolate o el que guste ...azúcar glas para decorar (opcional)

Procedimiento


1.          Preparamos la base del crumble cocinando las frutas. En una sartén derretimos la mantequilla, luego añadimos la calabaza pelada y cortada en cubitos al igual que las manzanas para que se ablanden lentamente a fuego dulce.
a calentar calabaza, manzanas, uvas
especias
2.          Después de unos minutos añadimos unas tres cucharadas de azúcar a gusto de cada cual, la uva pasa, el jugo de limón y las especias de canela, jenjibre y clavo en cantidades pequeñas. Cocinamos suavemente hasta que se amalgamen todos los ingredientes y se reduzcan a puré.


migas "crumbs"
3.          Trituramos en el mixer o picadora las partes sólidas para formar nuestras migas: mantequilla fría, harina, azúcar, bicarbonato y sal.


4.          Colocamos las manzanas y calabaza ya cocinadas en el fondo de una tartera redonda y baja para hornear. Aplastamos y allanamos bien esta base afrutada. Cubrimos con las migas preparadas en el mixer y cocemos en el horno precalentado a 190° unos 45 minutos o hasta que dore.


5.          Servimos templado o frìo a cucharadas sobre un plato o taza y acompañamos con una bola de helado, el mío es de vainilla y chocolate. 
Se puede cubrir el crumble con un velo de azúcar glas o un chorrito de chocolate derretido. 
 
el osito polar también quiere un poquito
de crumble con helado
gracias Conxita

 El crumble tiene un gusto especial como una compota crujiente  que me encanta, aunque no es un dulce muy vistoso ni resulta llamativo porque queda como veis desmigajado. A mi hijo menor no le gusta mucho porque dice que le sabe demasiado a fruta... asì que lo recomiendo especialmente a los fruteros como yo y a los que adoran las cosas simples.

Con esta bella melodìa de Yann Tiersen os deseo una feliz Navidad
 hasta pronto amigos

Yann Tiersen- comptine d'un autre été




martes, 10 de noviembre de 2015

Un poco de otoño en una cucharilla de mousse


bosque del Montello en noviembre
un gusto pasear, respirar y escuchar




Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas

                       ...
   Federico García Lorca



Ya noviembre... El cambio de hora y la estación hacen que en este lugar atardece a las cinco. A las seis es de noche. Y el tiempo parece que se desvanece en las nieblas...


 Los días son aún tan cálidos que la mañana del domingo quise ir en busca de colores con matices de otoño. Los encontré en un bello bosque cercano. Se oye decir a menudo que las altas temperaturas harán desaparecer las tonalidades más suaves del follaje... Y algo de eso se ve en las calles, es cierto, pero, por suerte, en los bosques y jardines todavía se aprecia la belleza de noviembre, para mí el mes más dulce del año.


Una breve excursión por la mágica floresta del entorno me empapa de un relajante aroma lleno de ocres terrosos y a la vuelta a casa preparo algo rápido:



Otoño en la mesa con castañas asadas y en la copa o taza una mousse de crema de castañas con puré de kakis. 

mi kakito llena el jardìn

De mi arbolito de kakis tomé uno para la receta  bien maduro antes de que lo picoteen los golosos mirlos que revolotean por él.

   Para simplificar he usado la crema de castañas que venden preparada en un tarro. Sì, la verdad, estaba bastante perezosa para cocinar...
Pero si tienes tiempo y ganas se hierven las castañas peladas en agua durante unas dos horas hasta reducirlas a puré y se les añade azúcar y esencia de vainilla.
He optado por lo inmediato y ha sido un agradable bocado que os invito a probar.
                                                 

Mousse de crema de castañas con salsa de kakis





Ingredientes para cuatro personas:
Un tarro de crema de castañas con aroma de vainilla 250 gr.(o puré de castañas endulzado)
Nata de montar 100 gr.
Una hoja de gelatina
para la salsa: 1 kaki + zumo de medio limón
Presentación: una galleta “amaretto” en cada copa sobre la salsa de kaki y  unas virutas de chocolate negro que lo recomiendo porque resulta muy bien


En un plis plas se hace. Primero dejamos la hoja de gelatina en agua frìa unos 15 minutos. Después la escurrimos y a fuego suave en un cazo la derretimos sin que llegue a hervir. Luego la mezclamos con la crema de castañas y la nata montada. Batimos todo muy bien para que quede una mousse. Para la salsa he pelado el kaki maduro y lo he batido con la batidora eléctrica junto al zumo de medio limón.
Presentamos el dulce en copas o tazas de cristal. Cubrimos con la salsa de kaki y dejamos en el frigo como mìnimo dos horas. Decoramos con virutas de chocolate negro



                                                         Buen apetito!
                                                  Hasta pronto amigos
                                       un caluroso abrazo en esta tarde de niebla
                                               
felices dìas de noviembre




viernes, 18 de septiembre de 2015

En las ramas del crepúsculo una focaccia de frutas




...
Un pájaro pequeño vuela errante
en las ramas del crepúsculo.
Un aroma gris, extraño,
asciende de una espina
que soñó ser rosa.

...                                             Mohammad Sabbag


La Mostra del cine  ya terminó. 
Qué lindo el Lido de Venecia semidesértico al atardecer donde respirar la atmósfera de los grandes cineastas de otros tiempos como Fellini, Visconti...
y obsevar desde el mar las estrellas del cielo veneciano que no del celuloide. Estas apenas brillan más allá de las cremas bronceadoras, bueno, no, en algunas pelìculas brillan talentos...




Septiembre  avanzando a toda marcha sin esperar a nadie...los preparativos escolares,  la nueva estación incipiente...

Y ahí afuera tantas cosas pasan ...

... mientras, el mar, el jardín y el bosque siguen igual de bellos, impertérritos, como los gorriones que cada día se acercan a sus sombras y levantan el vuelo como si nada ocurriera.
 Nada les arrebata su ligereza alada...

La luz ambarina crepuscular huele a higos, ciruelas y  uvas maduras que esperan la vendimia...





 Envuelta en estos aromas afrutados mi fantasía me ha llevado a preparar una focaccia exquisita. Es dulce porque lleva el relleno de fruta fresca de temporada pero la masa es de focaccia, es la primera vez que hago una y ha sido una deliciosa sorpresa.


Focaccia de higos, ciruela y manzana


Ingredientes
          Masa:
Levadura fresca para pan- 12 gr
Harina – 250 gr.
Mantequilla – 50 gr.
Azúcar – 4 cucharadas (yo usé el moreno integral pero da igual)
Leche –  un chorrito (unos 50 gr. según el tipo de harina)
         Relleno:
Fruta variada de estación: tres higos morados/ media manzana con piel/ una ciruela morada
Azúcar – 3 cucharadas (2 para el relleno y 1 para espolvorear la focaccia por encima antes de hornear)
Agua – 1 cucharada y media
Aceite de oliva – 1 cucharada

Ponemos en un cuenco la harina y desmigamos en ella la levadura. Unimos la mantequilla derretida y el azúcar. Mezclamos muy bien.
A continuación vamos echando la leche poco a poco y amasamos el compuesto hasta que quede blando y homogéneo. Salamos y formamos una bola que dejamos reposar  cubierta con un paño una media hora para que leude.
Forramos un molde de horno con papel sulfurizado. Calentamos el horno estático a 220°C.
 Dividimos la bola de masa en dos partes. Extendemos con el rodillo la mitad de la masa  y la ponemos sobre el molde para formar la base de la focaccia. Ahora rellenamos con las frutas troceadas en  gajos y rodajas finas. 

Añadimos dos cucharadas de azúcar por encima y cerramos con la otra porción de masa estirada. Piqueteamos ligeramente con los dedos por arriba y en los bordes para que se sellen. Vertemos unas gotas de agua sobre la superficie de la torta. Espolvoreamos por encima una cucharada de azúcar y un hilo de aceite.
Cocemos en el horno a 200 °C a mitad altura durante unos 20- 25 minutos.

Antes de servir la presentamos con un ligero velo de azúcar glas.

Está de rechupete, aunque reconozco que tengo que mejorar la presentación. Ideal para una merienda-cena campestre o en la terraza disfrutando de estas dulces tardes doradas de septiembre. 
.





 Espero que os guste tanto como a nosotros. Animaos a prepararla, seguro que os sale perfecta.

Os dejo ahora en el atardecer rosado con una bella melodìa relajante
 y mi abrazo afectuoso de buen auspicio en el nuevo ciclo que se abre


fuente receta AQUI

lunes, 6 de julio de 2015

En los campos de añil y sol. Corazones de lavanda







Cada flor, cada hilo de hierba, cada fruto me hablará de ti
                                                                                     Il profumo del pane alla lavanda
                                                                                                                                              Sarah Addison Allen



Estaba deseando tener los primeros días de vacaciones de julio para ir a admirar las extensiones de cultivos de lavanda en la Francia provenzal. Es ahora el momento ideal!
Campos de lavanda y girasoles estallan al improviso después de dar unas cuantas curvas de bosque mediterráneo. Hasta el calor más ardiente se hizo liviano al sentir la brisa perfumada al amanecer y atardecer en la campiña en torno a Manosque y Valensole.

 Manchas de añiles y violetas entreveradas de verdes y amarillos parecen derramarse en la paleta de Van Gogh, Renoir o Cezanne a cielo abierto. Mariposas blancas aleteaban entre las flores y las abejas con su zumbido rompían el silencio.
                                           Una emoción para los sentidos



Y al llegar a casa no he podido evitar preparar un dulcecito con las flores de lavanda que traje en un saquito. Buceando en la red encontré una receta de galletas y decidí experimentarla variándola ligeramente y aquí la dejo porque me ha encantado. Sencillamente creo que encierra los aromas y sabores de los bosques mediterráneos y campos de lavanda. Me gusta la combinación de perfume de romero-lavanda-limón pero sin sobrepasar las dosis porque son sabores fuertes.

Galletitas de corazón de lavanda


Ingredientes:
Harina -100 gr.
Mantequilla -50 gr
Azúcar integral de caña -50 gr.
Levadura- media cucharita
Miel de lavanda -1 cucharada
Yogurt blanco griego magro.- 1 cucharada
Medio limón: 2 cucharadas no muy llenas de su jugo y la ralladura de su piel
Flores secas de lavanda - una cucharada
Romero triturado fino – una cucharada plana
Azúcar glas para decorar (optativo)
Sal: un pellizco




Batimos la mantequilla troceada con el azúcar hasta que quede una pomada. Añadimos el zumo de limón y la cucharada de yogurt, mezclamos bien. Unimos al compuesto las flores de lavanda junto al romero picados finos y la ralladura de medio limón.
Agregamos la harina tamizada mezclada con la levadura. Mezclamos bien hasta obtener una masa blanda y lisa. Formamos una bola que cubrimos con papel film y dejamos reposar en el frigo una hora.

Pasado el tiempo de reposo extendemos la masa con un rodillo enharinado y formamos un disco de medio cm.de grosor. Cortamos las pastas con la forma que prefiramos y las ponemos sobre una placa de horno cubierta con papel de hornear. Horneamos durante unos diez-doce minutos a 175°C. No tienen que oscurecer sino dorarse ligeramente. Sacamos y dejamos enfriar. Espolvoreamos con un velo de azúcar si se desea. Buenísimas para un café matutino o un té a media tarde y una limonada bien frìa.




Un café y una fresca limonada
la mejor compañía para estas galletitas



flores de lavanda se extienden hasta el horizonte,
mariposas blancas
aletean invisibles
por doquier



                                              
                                       
                                           Un abrazo de buen verano/invierno, amigos 

                                                                  Chusa

P.D fuente receta AQUI

jueves, 18 de junio de 2015

Zanacoquitos para una golosa tarde de verano


amapolas rosas junto a mi casa

Fuiste alimento,
fuiste semilla y arado
en los campos del querer
y las praderas del amor
                                                              Mohammad Sabbag

  
La primavera está dando la última paseata. Prepotente el verano se apresuró a tomar su puesto. La tierra gruñe al cielo por tanto calor de golpe.

En un momento de brisa fresca os propongo para merendar una receta golosa pero ligera, fresca y sabrosa cuyos ingredientes iluminan la piel. Es tan sencilla de preparar que parece casi un juego de niños...

Se trata de un dulce de origen turco a base de zanahoria con forma de bolas que me sugirió mi amiga María cuando estuvo en mi casa el pasado mes de abril. Yo eliminé la mantequilla y la sustituí por ricotta suave italiana y cambié un poco los ingredientes y las cantidades.
A mí me encanta y a todos los de casa menos a mi hijo menor que prefiere los coquiños solo de coco y ricotta (mi receta aquí). Yo creo que es porque sabe que éstos de hoy llevan zanahoria y a él no le gusta que mezcle “cosas raras” con lo que a mí me gusta experimentar ...
A estas bolitas de zanahoria, almendra y coco las he llamado zanacoquitos, espero que os gusten...

Zanacoquitos  



Ingredientes para unas 28 bolitas
300 gr.de zanahorias peladas y picadas muy finas
50 gr.de almendras molidas
100 gr. de coco rallado para la mezcla+ 30 gr. para rebozar las bolas
125 gr. de ricotta o requesón suave (* para una receta vegana sustituir por aguacate)
10 cucharadas de azúcar moreno (a gusto)
1 cucharadita de canela (a gusto)

Lavamos, pelamos y picamos en la trituradora las zanahorias. Las unimos en un bol a la almendra molida y al coco rallado. Añadimos el azúcar, yo he utilizado el moreno integral pero puede ser blanco. Mezclamos bien todo.
Ponemos esta  mezcla en una sartén antiadherente y la calentamos a fuego dulce unos cinco minutos para que se suavice y amalgame bien. Revolvemos con cuchara de palo. Queda todo ligeramente reblandecido pero crocante.

 Apagamos el fuego y vertemos la mezcla en una fuente para que enfríe.
Agregamos la ricotta y la canela y mezclamos muy bien el conjunto. Ahora ya podemos formar las bolitas con las manos y las rebozamos en coco rallado para que queden como escarchadas en superficie.
Las dejamos reposar varias horas en la nevera. Si sobran se pueden congelar y se conservan perfectamente en una bolsita de congelados.
Servimos como postre, son ideales para merienda con un zumo, un café o un buen té fresco como hice yo.


                                                          Buon appetito! 



sábado, 23 de mayo de 2015

Lasaña cremosa de espárragos verdes

La lluvia de mayo hizo vibrar la tierra seca
del jardín





                       Aquel bosque allá en lo alto respira un cielo de amor,
                       hace noches que un ruiseñor lo deslumbra
                       con su invisible canto,
                       después copula en el mismo instante del alba
                       en un vuelo que roza el enredo de ramas,
                       y al primer sol hace nido del silencio

                                                                                                  
                                                                          Pier Franco Uliana 
                                                                                        Fontana Parađiśe



Me ocurre frecuentemente que me pierdo en mis quehaceres diarios y apenas paro en casa. Y cuando llego a ella no me apetece ni encender el ordenador. Pero no quiero renunciar del todo a ensimismarme un rato en mi lareira - lugar tan mío - donde escribir algunas de las minucias que a veces no saben permanecer ocultas. Pero sobre todo no quiero renunciar a saber de vosotros.

El mes de mayo inició con calores africanos si bien en estos momentos parece que un lluvioso y fresco otoño nos raptó la primavera. Será por poco, espero !

Durante mayo y junio en los pueblos campesinos se suceden fiestas para exhibir los radiosos productos de la tierra. En un pueblito cercano se celebró la feria del espárrago. Los espárragos verdes o blancos son una de mis verduras favoritas por su sabor y versatilidad.
cestas de espárragos verdes
foto de la web

El domingo preparé para mi familia una lasaña de espárragos verdes y queso fresco, receta sustanciosa y sabrosona que puede tomarse perfectamente como plato único o con poquito más. Y aquí la comparto.



Lasaña de espárragos verdes


Ingredientes para 4 o 5 personas
Pasta de lasañas: una confección de 500 gr.(preparadas para cocinar directamente en horno)
Un manojo de espárragos verdes de 500 gr.
Un chelote o cebolleta picados
Aceite de oliva virgen 1 o 2 cucharadas
Besamel hecha con un litro de leche
Queso fresco tipo ricotta 200 gr
Sal, pimienta y nuez moscada un pellizco


Limpiamos los espárragos y los cortamos en rodajas dejando las puntas enteras. En una sartén o wok antiadherente calentamos las cucharadas de aceite y pochamos el chelote picado fino, enseguida añadimos los espárragos y los cocinamos unos cinco minutos. Echamos un poco de sal y si es necesario un poquito de agua para que se cuezan bien. Los sacamos a un plato y reservamos.
Preparamos un litro de salsa besamel (o la compramos hecha) y la sazonamos ligeramente con sal, pimienta y nuez moscada. Yo suelo hacerla casera y ligera, bastante lìquida.
En un recipiente alto y rectangular de horno untamos el fondo con dos o tres cucharadas de besamel. Colocamos las tiras de lasaña sin sobreponerlas – seguir instrucciones del envase - ( las puse crudas, usé las que venden especiales para ir directamente al horno sin sumergir en agua, por ello necesitan una salsa besamel bastante líquida para ablandar la pasta).
Sobre las lasañas extendemos una capa de besamel y trocitos de queso fresco, encima distribuimos unos pocos espárragos. Repetimos la operación hasta formar tres capas. Terminamos con besamel y queso. Sobran bastantes lasañas de la confección.
Cocemos en el horno caliente a 180°C durante unos 30 minutos o hasta que se dore ligeramente la superficie.


Buen provecho! 
                       espero que os guste la lasaña verde y blanca,
 seguro que os queda mejor emplatada. Yo no me esmero mucho en eso...
                                        
                                Nos vemos en vuestros rincones 
                                           o en mi lareira

                                                  
                                      Abrazos de lluvia y sol



miércoles, 29 de abril de 2015

Voces de abril





Las voces de niños el viento recoge
después las esparce entre ramas y hojas ...
                                                                   Elio Giacone
                                                             




El mes de abril se está yendo a paso de lluvia y sol
Aromas dulces  y penetrantes cunden en el aire

De lejos llegan noticias que hablan de tristezas 
 ¡ triste abril de luminosos colores  ! 

El locutor de radio no hace mucho contaba la historia de Aeham el joven pianista palestino del campo de refugiados de Yarmouk  a las puertas de Damasco, ahora en manos de los jihadistas. Notas de Beethoven, Liszt o Bach  sobre los escombros encendiendo esperanzas. 

He sabido que recientemente el piano de Aeham ha sido destruido pero no su esperanza



Un abrazo a todos los que paséis por esta lareira. Tenìa ya ganas de encenderla de nuevo. 
                         Hermoso cierre de abril y entrada de mayo
                                                      

Chusa



domingo, 15 de marzo de 2015

Campiña de marzo. Risotto de collejas silvestres






Mira. Tras las ventanas
las estrellas escuchan
y alguna primavera
crece y se puebla
                                                  
                                                      M.Sabbag




El final del invierno. Lentamente se advierte el paisaje renacido de nuevos colores y una luz muy viva se difunde.
Dejar por unas horas la actividad cotidiana y recorrer los caminos de la campiña es un deleite. Disfrutar del ritmo pausado de la naturaleza, el mejor antìdoto contra el estrés. 
 Caballos, aves y, por suerte, todavía sin mosquitos...




A lo largo de los senderos húmedos he visto mujeres que recogían unas hierbas silvestres comestibles muy apreciadas en la gastronomía local, eran las collejas que por estas tierras llaman carletti. 
 El nombre castellano me ha resultado muy gracioso...Tienen el agradable sabor dulce de los guisantes apenas desgranados. Se consumen generalmente en arroces, tortillas, o crudas en ensaladas. Yo compré un manojo en la fruterìa y cociné el risotto que propongo ahora y que expresa el sabor delicioso del campo de marzo.

manojo de collejas silvestres
flores globosas de
las collejas






Risotto de collejas silvestres




Ingredientes:
300 gr. de arroz
Un manojo de hierbas collejas (80 gr.)
100 gr. de queso fresco tipo ricotta
20 gr. frutos secos picados (he puesto cacahuetes)
1 cebolleta                                                                                          
30 gr. de mantequilla
½ vaso de vino blanco
1 litro de caldo vegetal

Lavamos las hierbas collejas, las escurrimos y las trituramos con la media luna. Picamos la cebolleta. Mientras tanto en una cazuela aparte preparamos un litro de caldo vegetal que tendremos hirviendo para hacer el risotto.

  picadas
hierbas collejas
(carletti)
Ponemos a derretir la mantequilla en una cazuela ancha  y pochamos en ella la cebolleta a fuego dulce hasta que se quede casi transparente. Añadimos el arroz, lo tostamos uniformemente mezclándolo con una cuchara de palo. Cuando se ha dorado un poco vertemos el vino y dejamos evaporar. Vamos agregando ahora, antes de que se agarre,  un cucharón de caldo al arroz, y según se va absorbiendo el líquido seguiremos la misma operación. Se remueve con cuidado y nuevamente añadimos caldo hasta que se cueza el arroz. Cuando han pasado unos 15 minutos vertemos en la misma cazuela las hierbas picaditas y el último cucharón de caldo. Mezclamos delicadamente, tapamos los últimos minutos para que termine de cocerse el arroz y finalmente echamos en la cazuela los trocitos de queso ricotta, revolvemos, apagamos el fuego y dejamos reposar la cazuela tapada unos dos minutos para que se manteque el risotto. A la hora de emplatar se pueden picar unos pocos frutos secos para espolvorear por encima. Yo he usado los que tenía en la cocina, cacahuetes, y resultó un risotto muy agradable y sabroso.

Buen apetito!




Y con esta entrada os deseo unos muy felices dìas de marzo, despidiendo al largo invierno de este lado...