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viernes, 13 de julio de 2018

Mientras florecen los campos de lenteja







  
Por eso busco nombres entre la hierba.
Cómo te llamas?
Le pregunto a una corola que de pronto
pegada al suelo entre las piedras pobres
ardió como un relámpago.
Y así, sencillez, vamos conociendo los escondidos seres,
el secreto valor de otros metales,
mirando la hermosura de las hojas,
conversando con hombres y mujeres
que por sólo eso son insignes, y de todo,
de todos,
sencillez, me enamoras.

                                           Pablo Neruda


En las altiplanicies de Castelluccio de Norcia en el Parque Nacional de los Montes Sibilinos  los campos de lentejas a inicios del verano parecen telas de pintores impresionistas. El espectáculo floreal inyecta un regocijo al  ánimo que deja sin palabras... Del deseo de descubrirlo ya hablé AQUI


Como nos han dicho gentes del lugar cuando se ha derretido el último manto de nieve del largo invierno y con la primera luna nueva de primavera  se siembra la lenteja en  estos altos terrenos que pueden llegar a más de 1500 m. de altitud. Esta actividad agrícola respetuosa con el ambiente se remonta a los tiempos de la Antigua Roma en un área de singular belleza...

A mes y medio del sembrado  ocurre el asombroso florecer de los campos, espectáculo único en el mundo, se dice. Especies silvestres con flores vivaces parecen escoltar las modestas plantitas de lentejas muy bien camufladas, con  sus florecitas blancas insignificantes y las vainas guardando las pequeñas semillas de oro ... 
En realidad esas vistosas plantas infestan los terrenos cultivados de legumbres  pero en vez de ocasionar un problema para la cosecha,  ayudan a que la tierra mantenga la humedad justa y facilitan el desarrollo de las plantas de lenteja.


Las diferentes especies vegetales que pintan los prados y crecen con la lenteja no florecen al unísono,  sino en diferentes momentos sucesivos

     alegre sinfonía de pétalos de distintos colores danzan al viento 


Las primeras en abrir el concierto por el mes de abril son las flores amarillas de la mostaza silvestre,  luego salen las amapolas que tiñen de rojo las laderas a inicio del mes de mayo. Unos días después es el turno de los blancos relucientes de las manzanillas del campo y margaritas



Pero el máximo esplendor de la danza florida se alcanza a finales del mes de junio  inicios de julio cuando el violeta intenso del aciano pone la última pincelada de azul y la gran planicie parece un lienzo de Manet.  Nosotros, por suerte, coincidimos en ese momento.



Arriba se dibuja el pueblo de Castelluccio semidestruido por el terremoto de 2016 que intenta resurgir  con las manchas de color a sus pies. Bajando desde el pueblo por el Sendero de las Hadas se llega a las orillas de los campos sibilinos donde duermen las lentejas, oro y vida de Castelluccio, entre flores, laderas verdes y cielos espectaculares. Esperando la recolección del final de verano.



Recordando esta bella escapada agreste he preparado unas ricas  y sencillas bolitas de lentejas,  su color no es vistoso pero recuerda el de la tierra recién arada. En cambio, en épocas frías,  quién se resiste a un caliente potaje de lentejas ...


  Albóndigas de lentejas

Ingredientes
Lentejas cocidas: 500 gr.
Patata cocida: 1 o 2
1 zanahoria cruda picada
Dos rebanadas de pan multicereales o de molde
1 cucharada grande o 2 de queso curado rallado
1 huevo
Perejil un puñado, sal, pimienta, nuez moscada
2 cucharadas de harina para rebozar las bolitas (o pan rallado)

Yo he utilizado, por comodidad,  lentejas cocidas en envase de tetra brik que tenía en mi despensa, las he lavado y escurrido bien. 


Trituramos en la picadora todos los ingredientes secos: lentejas, queso, pan, zanahoria y perejil. Después ponemos esta masa resultante en un bol y añadimos la patata cocida y aplastada con el tenedor, el huevo y las especias.

Mezclamos bien y formamos con las manos unas bolitas densas que pasamos por harina. Las dejamos reposar en la nevera al menos una hora para que se endurezcan, adquieran consistencia y no se rompan.  Después las freímos en aceite caliente y las dejamos dorar rápidamente.
 Las escurrimos bien y servimos con salsa griega o sin nada, simplemente acompañadas de ensalada o cualquier verdura. Suelen gustar a todos, incluso a los que detestan las legumbres, están superbuenas! Se pueden hacer también al horno pero salen mejor fritas.


lunes, 21 de abril de 2014

Colores de Abril. Albóndigas de quinua y cereales




                                                                                                                                       


En el sur de Francia, en los alrededores de Albi y Toulouse los campos de abril mostraban deslumbrantes todas las gamas del verde al amarillo. Amarillos sembrados  de colza por todas partes entre verdes radiantes. Nubes y cielo azul violeta. Mariposas amarillas.



Campos de colza




Las plantas de hierba pastel con hojas verde ensalada darán el tinte azul tan bello, el índigo,  sus flores son amarillas
hierba pastel en flor
    


















                         
índigo
 Imagen: Wikimedia Commons



 Gatita negra
de ojos verdes posando


El cielo de abril,  el más hermoso,  el viento trae y lleva nubes pobladas de aromas y sueños...
Ese viento se ha llevado con la hojarasca al creador de Macondo y nos ha dejado su soledad.  Viento mágico que mece las flores amarillas y la hierba fresca de la  primavera.


 “Entonces entraron al cuarto de José Arcadio Buendía, lo sacudieron con todas sus fuerzas (...) pero no pudieron depertarlo. Poco después, cuando el carpintero le tomaba las medidas para el ataúd, vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa (...) Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro.
                            Gabriel García Márquez
                                                              Cien años de soledad





Inspirada en los campos franceses  he preparado una receta sabrosa y sana, muy sencilla de elaborar. Las albóndigas de quinoa y mezcla de cereales bio. Son muy jugosas y de sabor delicioso, al menos para nosotros que las zampamos en un periquete.

Albóndigas de quinoa y cereales 


Ingredientes para 6-8 personas:
- Una bolsa de 250 gr. de quinoa con mezcla de cereales bio
- dos zanahorias ralladas
- media cebolla picada + un ajo + perejil picados
- un huevo entero
- 200 gr. de requesón
- sal y pimienta
- aromas variados como hierbas provenzales y media cucharita de especias Raz el Hanout (comino-cùrcuma)
- pan rallado (dos o tres puñados)
- 4 cucharadas de aceite de cacahuete


Mezcla de cereales y quinoa
que utilicé
Ponemos a hervir  unos 2 tazones de agua con una cucharilla de sal para un tazón de cereales (250 gr.). Cuando hierve vertemos el contenido de cereales y dejamos a fuego suave diez minutos o hasta que absorbe todo el agua. Retiramos del fuego una vez cocido y vertemos en un bol grande y removemos.
Cuando se enfría añadimos dos zanahorias ralladas crudas, media cebolla y un ajo picados con perejil. Luego echamos los aromas y sabores como un poco de sal, pimienta, y media cucharita de especias Raz el Hanout y un poco de hierbas provenzales al gusto.
Por último agregamos al compuesto de quinoa el requesón  y un huevo entero, amalgamamos bien para formar una masa homogénea manejable con las manos. Para ello vamos echando puñados de pan rallado que mezclamos bien a la masa para que quede densa y formamos bolas aplastadas que podemos rebozar en copos de puré de patata  (idea de la fabulosa Larpi de  Larpeira singluten) y tostamos en la sartén con un poco de aceite de cacahuete. Cuando se dora de una parte giramos delicadamente para que se tueste la parte de arriba.

Servimos y degustamos con unos espárragos, alcachofas o una buena ensalada fresca.
 A comer...





Qué aproveche!

Y a vivir abril lo mejor que se pueda disfrutando de las pequeñas cosas :)

                                 Chusa



viernes, 29 de julio de 2011

Albóndigas al Vapor con Jengibre y Ajonjolí

     En todas partes la gente está cada vez más indignada con una clase dirigente  mediocre e inepta. La crisis económica, unida a la falta de valores difusa, afecta a todos . En Italia, a la clase política se la llama despectivamente "La Casta" por los privilegios de que goza y se concede cuando los demás ciudadanos tienen que apretarse el cinturón hasta asfixiar.  Llegarán algún día vientos nuevos?...  De momento, lo que sí veo, es que domina en todos los sectores un cierto grado de escepticismo y resignación.
     Como dice  Eduardo Galeano en su obra Patas arriba, el mundo  se divide en indignos e indignados... Yo estoy del lado de los indignados aunque convenga estar al lado de los indignos que está mucho mejor remunerado. Da igual que cambies de país, los que están en el poder hablan la misma lengua y cuánto  aburren sus voces diciendo siempre las mismas cosas. Algunos dirán que se trata de lugares comunes...
rizoma de jengibre



  

Para aliviar la atmósfera caliginosa  que nos envuelve qué mejor que una receta ligera y como todas las que propongo, muy fácil de preparar y barata,  rica de sabor y en este caso pobre en calorías. Esto porque las bolitas de carne picada se hacen al vapor y no fritas, conservando todas las propiedades de los ingredientes. El toque especial lo da el aroma intenso de jengibre cuyo rizoma gordito se utiliza a menudo en la cocina oriental  y  se ralla como si fuera un limón, ris-ras ris-ras y ya está. La planta de jengibre procede de la India y su fragancia evoca ligeramente la madera fresca del limonero silvestre. En el supermercado cerca de mi casa lo encuentro sin problemas en el reparto de frutería aunque esta vez utilicé el jengibre en polvo. El ajonjolí lo uso solamente para tostar las bolitas al final, una vez cocinadas y así darles una consitencia crujiente en superficie y tierna en el interior.

semillas de ajonjolí o sésamo


Receta de albondiguillas al vapor

cazuela con la vaporera donde se cuecen las albóndigas
Ingredientes:
400 gr. de carne picada mixta (ternera y cerdo)
2 zanahorias medianas picadas
1 cebolla pequeña triturada
1 panecillo empapado en leche y desmenuzado
1 huevo entero
un poquito de sal
una cucharadita de jengibre en polvo
pan rallado
presentación final:
una cucharada de perejil picado o albahaca
una cucharada de semillas de ajonjolí 
dos cucharadas de aceite de oliva virgen






Preparación:

     Ponemos a hervir  un poco de agua en una cazuela que contenga la vaporera.
     Mientras tanto mezclamos todos los ingredientes en un bol, es decir, la carne picada junto a las zanahorias y cebolla trituradas crudas. Añadimos el pan mojado en leche, escurrido y desmenuzado, el huevo, el jengibre y la sal.
     Con las manos humedecidas formamos las bolitas del tamaño de una nuez. Las pasamos en el pan rallado y las colocamos en la vaporera para que se cuezan al vapor durante unos quince minutos.
     Pasado ese tiempo, sacamos las bolitas del recipiente del vapor con cuidado para que no se rompan. Se pueden servir así simplemente pincelándolas con el aceite mezclado con el perejil o la albahaca. O, más tostadas y crocantes, pasándolas un minuto a fuego vivo en la sartén antiadherente con una cucharada de aceite y las semillas de ajonjolí. Yo las prefiero así, aunque quedan muy suaves con el perejil picado y aceite en crudo. Las serví acompañadas de ensalada y berenjenas asadas. En la foto no se aprecian bien , pero puedo asegurar que las dos versiones han encantado a todos los comensales.

Albondiguillas al vapor en las dos versiones: con aceite en crudo y albahaca y tostadas con ajonjolí