domingo, 30 de septiembre de 2018

un paseo por Ásolo y un dulce limonoso



Uno de los burgos medievales más bellos de Italia, fue un municipio romano y se encuentra en las colinas del Véneto cerca de Treviso y Venecia, allí donde terminan las llanuras y comienzan los montes pre-alpes, es Ásolo.  
Desde siempre localidad admirada por su paisaje, el ambiente evocador de sus rincones  y el clima favorable a la fertilidad de la tierra. Entre viñedos y frutales el viajero encuentra un lugar fascinante de historia y cultura. 
 La ciudad de los cien horizontes la denominó el escritor Giosué Carducci en referencia al enclave en que se encuentra ubicada.
Guglielmo Talamini Vendimia asolana



Lugar que inspiró a grandes artistas e intelectuales como el poeta inglés Robert Browning que escribió  Pippa passes, drama poético de una joven hilandera de la seda que con sus canciones consigue efectos sorprendentes en situaciones dramáticas ambientadas en Ásolo y Asolando en que describe cómo se enciende el ánimo paseando y descubriendo la belleza del entorno de la pequeña villa. 





O la gran actriz de teatro Eleonora Duse,  que encontró la plácida serenidad en este paraje donde olvidar las humillaciones de su adorado poeta Gabrielle D’annunzio. Y ahora su lugar para siempre.
 







El otoño empieza a sentirse aún lentamente. El dorado atardecer se adelanta en el reloj y septiembre se despide con su fatigosa cuesta arriba de inicio de estación y de actividades. Ya se sabe que hay que planificar muy bien todo en este periodo para no encontrarse desorientados después del lento verano perezoso.

Y es que aunque se nos resista, el final del verano llegó,  y como siempre deja  ganas de atraparlo de nuevo, como el rayo de luz que se desliza debajo de la puerta...
... y para prolongar dicha luminosidad  en color y sabor os dejo una receta dulce pero briosa toda perfumada de limón, una de mis preferidas,  limonosa y esponjosa con un tenue toque de almendra. Una delicia.

Tarta limonosa



Ingredientes para 8 personas (molde de 18-20 cm de diámetro)

-         Harina leudada 80 gr.
Maizena o fécula de patata 50 gr.
Harina de almendras 100 gr.
Azúcar glas o en polvo 160 gr.
Mantequilla 130 gr( o aceite 100 gr)
Ralladura de la piel de 4 limones grandes no tratados
Huevos 3
Leche 100 gr
1 cucharada de aroma de  naranja o vainilla
1 cucharada de levadura para dulces (si la harina lleva levadura basta una cucharilla)
2 pellizcos de sal
1 pellizco de cúrcuma (para amarillear más el dulce)

Es un dulce muy simple de realizar.  Rallamos los limones en un cuenco, les agregamos la mantequilla derretida y el aroma de naranja. Mezclamos y dejamos marinar a temperatura ambiente cubriendo con papel film durante una hora. Luego echamos el azúcar glas, la sal y la cúrcuma. Batimos con batidora 2 minutos y resulta un lìquido espumoso. Añadimos los huevos uno a uno batiendo bien hasta que tenemos una crema aterciopelada y lisa.
Aparte tamizamos la harina con la levadura, las almendras en polvo y la fécula. Agregamos dos cucharadas de estas harinas a la crema precedente, mezclamos lentamente vertiendo la leche a hilo y terminamos uniendo al compuesto el resto de las harinas. Echamos la mezcla en un molde engrasado y lo cocemos en horno caliente a 175°C  durante unos 45 minutos aproximadamente, dependiendo del tipo de horno.


Sentiréis el aroma que invade la cocina ...




                                                        



 Feliz equinoccio a todos !


viernes, 13 de julio de 2018

Mientras florecen los campos de lenteja







  
Por eso busco nombres entre la hierba.
Cómo te llamas?
Le pregunto a una corola que de pronto
pegada al suelo entre las piedras pobres
ardió como un relámpago.
Y así, sencillez, vamos conociendo los escondidos seres,
el secreto valor de otros metales,
mirando la hermosura de las hojas,
conversando con hombres y mujeres
que por sólo eso son insignes, y de todo,
de todos,
sencillez, me enamoras.

                                           Pablo Neruda


En las altiplanicies de Castelluccio de Norcia en el Parque Nacional de los Montes Sibilinos  los campos de lentejas a inicios del verano parecen telas de pintores impresionistas. El espectáculo floreal inyecta un regocijo al  ánimo que deja sin palabras... Del deseo de descubrirlo ya hablé AQUI


Como nos han dicho gentes del lugar cuando se ha derretido el último manto de nieve del largo invierno y con la primera luna nueva de primavera  se siembra la lenteja en  estos altos terrenos que pueden llegar a más de 1500 m. de altitud. Esta actividad agrícola respetuosa con el ambiente se remonta a los tiempos de la Antigua Roma en un área de singular belleza...

A mes y medio del sembrado  ocurre el asombroso florecer de los campos, espectáculo único en el mundo, se dice. Especies silvestres con flores vivaces parecen escoltar las modestas plantitas de lentejas muy bien camufladas, con  sus florecitas blancas insignificantes y las vainas guardando las pequeñas semillas de oro ... 
En realidad esas vistosas plantas infestan los terrenos cultivados de legumbres  pero en vez de ocasionar un problema para la cosecha,  ayudan a que la tierra mantenga la humedad justa y facilitan el desarrollo de las plantas de lenteja.


Las diferentes especies vegetales que pintan los prados y crecen con la lenteja no florecen al unísono,  sino en diferentes momentos sucesivos

     alegre sinfonía de pétalos de distintos colores danzan al viento 


Las primeras en abrir el concierto por el mes de abril son las flores amarillas de la mostaza silvestre,  luego salen las amapolas que tiñen de rojo las laderas a inicio del mes de mayo. Unos días después es el turno de los blancos relucientes de las manzanillas del campo y margaritas



Pero el máximo esplendor de la danza florida se alcanza a finales del mes de junio  inicios de julio cuando el violeta intenso del aciano pone la última pincelada de azul y la gran planicie parece un lienzo de Manet.  Nosotros, por suerte, coincidimos en ese momento.



Arriba se dibuja el pueblo de Castelluccio semidestruido por el terremoto de 2016 que intenta resurgir  con las manchas de color a sus pies. Bajando desde el pueblo por el Sendero de las Hadas se llega a las orillas de los campos sibilinos donde duermen las lentejas, oro y vida de Castelluccio, entre flores, laderas verdes y cielos espectaculares. Esperando la recolección del final de verano.



Recordando esta bella escapada agreste he preparado unas ricas  y sencillas bolitas de lentejas,  su color no es vistoso pero recuerda el de la tierra recién arada. En cambio, en épocas frías,  quién se resiste a un caliente potaje de lentejas ...


  Albóndigas de lentejas

Ingredientes
Lentejas cocidas: 500 gr.
Patata cocida: 1 o 2
1 zanahoria cruda picada
Dos rebanadas de pan multicereales o de molde
1 cucharada grande o 2 de queso curado rallado
1 huevo
Perejil un puñado, sal, pimienta, nuez moscada
2 cucharadas de harina para rebozar las bolitas (o pan rallado)

Yo he utilizado, por comodidad,  lentejas cocidas en envase de tetra brik que tenía en mi despensa, las he lavado y escurrido bien. 


Trituramos en la picadora todos los ingredientes secos: lentejas, queso, pan, zanahoria y perejil. Después ponemos esta masa resultante en un bol y añadimos la patata cocida y aplastada con el tenedor, el huevo y las especias.

Mezclamos bien y formamos con las manos unas bolitas densas que pasamos por harina. Las dejamos reposar en la nevera al menos una hora para que se endurezcan, adquieran consistencia y no se rompan.  Después las freímos en aceite caliente y las dejamos dorar rápidamente.
 Las escurrimos bien y servimos con salsa griega o sin nada, simplemente acompañadas de ensalada o cualquier verdura. Suelen gustar a todos, incluso a los que detestan las legumbres, están superbuenas! Se pueden hacer también al horno pero salen mejor fritas.


viernes, 26 de enero de 2018

lago de invierno








Lago de Revine en la soledad del invierno. Enero cuesta arriba.  Hojas durmientes del subsuelo sueñan bandadas de pájaros. Flechas aladas atraviesan el aire azul mañanero, frío, transparente.  Nubes blancas sobre las laderas del valle,  fulares de algodón de azúcar



      Las pedaleras de colores muertas de aburrimiento sobre la grava esperan el carnaval 



               mientras los troncos de los árboles parlantes nos dejan pensamientos





    Y yo me acuerdo de aquel día nevado de enero cuando tú nacías
                                pétalo de luna en mis manos ...   rayo de sol     


.... hoy quiero compartir un café contigo


veo ya la tórtola preparar su nido en mi kaki
en estos días fríos en que la luz se alarga