miércoles, 24 de julio de 2013

Mermelada de calabacín de Nonna Rosetta


Ya no mana la fuente, se agotó el manantial;
Ya el viajero allí nunca va su sed a apagar.


 Ya no brota la hierba, ni florece el narciso,
Ni en los aires esparcen su fragancia los lirios
...
iMas no importa!; a lo lejos otro arroyo murmura
Donde humildes violetas el espacio perfuman.
...
El sediento viajero que el camino atraviesa,
Humedece los labios en la linfa serena
Del arroyo que el árbol con sus ramas sombrea,
Y dichoso se olvida de la fuente ya seca
.
                         ROSALÍA DE CASTRO   En las orillas del Sar


Se la dedico a la madre de mi marido Luc,  Rosetta,  que me la hizo probar por primera vez a mi llegada a Italia. Ella siempre preparaba delicias culinarias, pastas y  ñoquis artesanales   conservas caseras de todo tipo: mermeladas de frutas y verduras,  infusiones de hierbas, mieles de diferentes flores , licores...todo ello  con gran esmero usando productos genuinos de su huerta o de campos vecinos.

Ahora que los avatares de la vida no se lo permiten  la hago yo en homenaje a ella. Por suerte fui anotando muchas cosas en mis cuadernos pero no me salen igual de bien.  Esta es la primera vez que hago la mermelada de calabacin, una de mis preferidas y que no se encuentra habitualmente en las tiendas. Pero tengo que mejorarla...

Mermelada de calabacín de Nonna Rosetta

mi primer tarrito de mermelada






Ingredientes:
Un kg de calabacín
850 gr. Azúcar
Un limón (zumo) y piel rallada
Un poco de vainilla (algunas gotas)
*Una cucharada  de coñac por tarro (opcional da un sabor especial a la mermelada pero es para adultos)

Lavar los calabacines   pelarlos  y cortarlos en rodajas finas. 

Meterlos en el fuego con medio litro de agua caliente la ralladura del limón  y el azùcar, y cocerlos a fuego lento muy suave mezclando continuamente hasta que el agua se absorba y que empiece a formarse el caramelo. A este punto  añadimos el zumo del limón + vainilla mezclamos continuamente y dejamos cocer todavía algún minuto. En total una hora u hora y cuarto aproximadamente.
Es oportuno hacer  la prueba del plato  al menos los novatillos mermeladeros como yo. Consiste en hacer deslizar sobre un plato una cucharadita del compuesto que estamos cociendo. Si la mermelada no desliza quiere decir que ya está lista y apartamos del fuego. Yo reconozco que no hice esta prueba del plato y me pasé un pelín de su punto...me  pasé unos diez minutos en la cocción del calabacín, pues al enfriarse ya se adensa lo suficiente para que se resbale mejor la mermelada sobre el pan...ay ay

 Dejamos que entibie un poco y vertemos la mermelada en los envases todavía caliente y cuando se haya enfriado completamente podemos añadir una cucharada de coñac en la superficie y cerramos herméticamente los tarritos. Yo no hice este paso.

Estará ya lista para extender sobre una buena rebanada de vuestro pan preferido. Yo creo que es un delicioso modo de compartir un café en un desayuno de domingo y si preparáis el pan casero aun mejor.
                        O también queda bien para guarnecer un pastel.


Con esta receta golosa y simple me despido de mi lareira y de los amigos que amablemente por aquí pasan ya que me voy de vacaciones a mi refugio rústico cerca del bosque y cerca del mar  de mi tierra gallega. Estaré desconectada de ciberlandia hasta septiembre.

                        Mientras ultimo los preparativos del viaje  espero poder  pasar  a saludaros

   Mil gracias siempre de vuestras agradables visitas  y

             feliz verano/invierno segùn la perspectiva del mundo en que se vive

Chusa