martes, 13 de enero de 2015

silvestres éricas




Volver a mi Lareira.

 Despierto temprano. Fuera no se ve ni el jardín de oscuro que está.  Poco a poco,  mientras tomo el humeante café amargo,  la consueta luz rosa se extiende sobre los tejados,  no hay nieblas

Un poco de humor, ligereza y sentido de la vida percibo especialmente en las plantas y florecillas de mi entorno, como esas silvestres éricas que han resistido las heladas. Me elevan el ánimo



Felices dìas de enero