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viernes, 6 de diciembre de 2013

Kaki-Cake
























Esperando la Navidad no quería poner ninguna receta dulce porque ya habìa dejado dos y porque se nos acercan días supergolosos. 
Sin embargo,   mi árbol de kaki estaba un poco ofendido porque este año lo tenía abandonado y ni siquiera una receta le había dedicado... 

De un dìa  para otro comenzò a desnudarse de hojas ofreciendo sus redondos y gruesos frutos naranja chillòn a las bandadas de mirlos, pardales y otros pajarillos que golosos montaban al atardecer un gran jolgorio...
Entonces, nos decidimos  por fin, a recoger algunos kakis y con dos bien grandes preparé este rico pastel  que lo llamo kaki cake porque me divierte el sonido.
kaki en noviembre
mi rústico kaki-cake

                                 





 He querido inmortalizar el banquete pajaril  al atardecer pero apenas las aves notaban que abría la puerta, zasss, desaparecían, así que, sigilosamente, desde la ventana  conseguì fotografiar a alguno porque la mayoría se había escapado ya...




alfombra de hojas del kaki






                                      Receta de Kaki-cake

Ingredientes 
Harina de trigo para dulces 225 gr. (puede utilizarse harina de arroz)
Azúcar moreno 100 gr.
Huevos 1
Mantequilla reblandecida 80 gr.
Leche 100 ml.( o un vasito de yogur )
Levadura vainillada 1 sobre
kakis 2 grandes (pelados y cortados finos)
manzanas 2 (peladas y cortadas finas)
Mandarina bio- 1 (piel rallada+ zumo para cocer la fruta unos minutos)
Aromas a gusto: ( 20 hojitas de romero trituradas, piel de mandarina, coriándolo en polvo, un poquito de vainilla).
Azúcar glas para decorar

Mezclamos en un bol la harina con el azúcar, agregamos el huevo, los aromas (piel de mandarina rallada, coriándolo en polvo, romero fresco picado para dar al dulce un sabor más silvestre de bosque y vainilla), la sal, la leche y por último la levadura. Trabajamos bien el compuesto hasta obtener una masa compacta y lisa.                                                       
El romero en flor también lo he utilizado
 para dar al pastel un toque de sabor de bosque
                                           Extendemos la mitad de la masa sobre un molde cubierto con papel de hornear. 
Encima ponemos las frutas: los kakis pelados y troceados junto a las manzanas que yo cociné durante tres minutos con el zumo de mandarina y  aplasté con el tenedor hasta reducirlas a puré (pero se pueden poner crudos bien picados).
                   Cubrimos con el resto de la masa y cocemos en horno precalentado a 180° durante unos 45 minutos.


Sacamos del horno cuando esté dorado el cake y dejamos enfriar. Lo servimos espolvoreado de azúcar flor.
La verdad es que el aspecto es muy rùstico y yo no soy muy buena con las presentaciones pero tiene un sabor muy agradable y especialmente el aroma que despide me recuerda la Navidad. 


                       















P.S. Mientras escribo este post me llega la noticia del fallecimiento de un extraordinario hombre, Nelson Mandela, el gran Madiba, padre de Sudáfrica.  La lectura de los versos de Ernest Henley  le aliviaba su largo cautiverio durante el apartheid. 

No importa cuán estrecho sea el camino,
ni cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

                                        Invictus  William Ernest Henley


La próxima vez no traeré un dulce, porque no solo de dulce vive el hombre...


Disfrutad los aromas y sabores de la vida aunque a ratos sean amargos.
Felices dìas de diciembre y hasta pronto, espero!

sábado, 2 de marzo de 2013

Tórtola en el árbol de marzo y Trucha en el plato




la tortolita ha vuelto a mi jardìn



















Mi corazón fue un péndulo entre
ella y la calle...

Y no sé con qué fuerza me libré
de sus ojos
me zafé de sus brazos.
Ella quedó nublando de lágrimas
su angustia.

Miguel Otero Silva - Encrucijada


Estoy de nuevo en mi lareira después de larga ausencia y tenía ya enormes ganas de encender la lumbre. Cuando alguien desaparece por un tiempo de su rinconcito íntimo bloggero todos nos preguntamos:  quién está detrás que no da señas de vida,    qué estará haciendo,   por qué no aparece,     estará bien?
       Es lo misterioso de este mundo, que desarrolla la imaginación del que te conoce solo virtualmente. Te imaginas a la persona tal vez idealizándola un poco, ocupada en no se sabe qué...    En mi caso estaba enfrascada en otras actividades, estudios universitarios que están concluyéndose, trabajo que no me falta....dicen que tengo suerte en estos tiempos,  es verdad,   aunque ya quisiera disminuir mis ocupaciones.

Me gusta vivir la vida saboreándola más despacio, pero últimamente la vivo a saltos   y  a veces es necesario            detenerse un momento, como hago ahora,  con gusto.
      He estado junto a mi madre en febrero en Madrid y esto me hizo muy feliz pero después hay que regresar, otros afectos te esperan... pero para mì la madre es la tierra
                 Recuerdo siempre la frase de ella cuando me ve vacilante: “Debes ir donde tienes que estar”. 
Y es así. 
Esa sensación "pendular" seguro que la han probado muchas personas que han construido una vida lejos de su país de origen, sensación que con los años se acrecienta, al contrario de cuando se es muy joven que no se percibe. 
Os traigo hoy una receta que es deliciosa y se la dedico a ella,    a mi madre,    en agradecimiento,   
que tiene ya muchos años aunque siempre es tan joven... y me gustaría que fuera eterna.


Trucha al horno gratinada sobre lecho de patatas 

Ingredientes para cuatro personas:
-Una trucha grande y fresca, abierta en dos lomos  sin raspa ni espinas
-Patata cortada en rodajas finas (estrato inferior)
-Tomate cortado en rodajas finas (sobre la trucha)
-Hierbas aromáticas para pescado y sal
-Mezcla gratin: pan rallado junto a dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgen,  perejil picado y zumo de medio limón

Colocamos en una bandeja de horno untada de aceite las patatas crudas en rodajas finas; salamos ligeramente y espolvoreamos con las hierbas aromáticas. Encima ponemos los dos lomos de trucha con la piel sobre las patatas. Igualmente espolvoreamos  la trucha de finas hierbas y algo de sal y cubrimos con  las rodajas de tomate fresco que también aromatizamos. Por último disponemos la mezcla de pan rallado y perejil picado humedecida con el aceite y jugo de limón. Colocamos aquí y allí unas motitas de mantequilla para que se dore mejor aunque no es necesaria porque el pan rallado ya lleva aceite.
Se introduce en el horno ya caliente a 200°C por unos 25 minutos o hasta que se ve dorado. Está exquisito, con este pescado cocinado así podéis sorprender a los huéspedes muy agradablemente.


(Nota:  . Una vez asado el pescado, quise hacer un experimento con un trozo que reservé. Coloqué sobre él un poquito de mozzarella que tenìa y gratiné en el microondas dos minutos... estaba espectacular de bueno)


Y ahora os dejo hasta la próxima ocasión deseando que disfrutéis de  unos hermosos dìas de marzo.
Chusa

martes, 24 de abril de 2012

Bizcococho

...
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.

Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.

Con tu frente en mi frente
con tu boca en mi boca...
...
Pablo Neruda Versos del capitán

Abril es así. lluvia, sol, frío, calor, viento...nubes de todos los colores van descargando sus gotas que dejan el jardín rozagante empapado de perlas cristalinas cuando de nuevo luce el sol. Es mi mes preferido.
Hoy he querido rescatar una vieja receta de cuando iba al Instituto, ha llovido tanto desde entonces ... los años de mi adolescencia en Madrid. Muchas veces pienso que a pesar de la despreocupación y ligereza de aquellos años siempre estaba con la sensación de que me faltaba algo, inquieta y rebelde. Recuerdo que mi padre me decía, te noto pensativa, como ausente... Yo no sabía explicarlo, pero siempre estaba soñando otros mundos. Ahora me siento la misma de entonces con tantas ilusiones que me animan, pero quizá más serena y satisfecha...aunque las inquietudes no faltan.

La receta está escrita en un viejo cuaderno de espiral al que le faltan hojas arrancadas ya no sé cuándo, y las otras páginas empiezan a amarillear...  la dejo aquí, más segura de que no se me olvide dónde está o empiece a tirar de una vez tantos viejos papeles y trastos acumulados. Todas las cosas tienen un recuerdo y me cuesta mucho deshacerme de ellas. 

Es una receta muy buena y sencilla de preparar, un simple bizcocho de coco al que he llamado bizcococho. Si os gusta el sabor de este fruto, esta receta es deliciosa para un desayuno del domingo o para una merienda en la terraza, jardín o en el parque. A nosotros nos ha encantado y ha durado el tiempo de beberse un café
Podéis ver la linda tortolita gris en la rama de mi kaki?
se está reparando de la lluvia
La tortolita y otros pajarillos, sobre todo mirlos, frecuentan mi kaki, pero últimamente la tórtola se queda ahí pensativa, y esta mañana cuando me disponía a preparar este dulce se estaba tranquilamente reparando de la lluvia bajo la carpa de hojas. Me inspiró a utilizar mi molde en forma de palomita que usé aquí.



Bizcococho (Palomita de coco )
Ingredientes:
Huevos 2 (yemas + claras a punto de nieve)
Mantequilla  75 gr.
Harina integral 100 gr.
Coco rallado 50 gr.
coñac 1 copita
azúcar moreno 150 gr.
agua 1 cucharada
levadura 1 sobre



los ingredientes junto al maravilloso libro de poemas 
de Pablo Neruda que me sirvió de inspiración
Preparación
 yemas y azúcar a punto de moño
Mezclamos las yemas junto al azúcar y agua fría hasta que esté a punto de moño, es decir que al elevar el tenedor y dejar caer la crema podemos formar espirales (no sé si es una explicación ortodoxa). Entonces añadimos el coñac, la harina y el coco rallado. Mezclamos bien. Hemos derretido la mantequilla a baño maría o microondas y la agregamos a la pasta revolviendo todo, y por último, mezclamos al compuesto las claras a punto de nieve. No importa que no se batan a punto de nieve, yo las batí bien y basta. Quedó perfecto el resultado.

Vertemos en un molde untado de mantequilla y enharinado o espolvoreado de pan rallado y cocemos en horno previamente calentado a 180 °durante unos 45 minutos o hasta que queda doradita la superficie.


la dulce palomita de coco puesta a enfriar en la ventana
luego la tapé no vaya a ser que la tortolita sea curiosa




Ya la podemos sacar del molde y
espolvorearla de velo de azúcar

si gustas un trocito ...
te animo a que la hagas
Espero que si algún día os apetece os animéis a hacerla y veréis que es de las cosas más fáciles y sabrosas que se pueden tomar.
Ahora os saludo hasta la próxima vez que no sé cuándo podrá ser, ojalá pronto. En cualquier caso, aunque sea esporádicamente, deseo pasar por vuestros lugarcitos tan agradables en cuanto me sea posible.
Os abrazo desde esta lareira y os deseo unos felices días de abril.
Chusa

sábado, 12 de noviembre de 2011

Dulce Noviembre. Dulces kakis




bollito de kaki enfriándose en mi ventana
muy tempranito en la mañana lluviosa,
 frente al árbol  con los últimos frutos




noviembre de 2011 otoño cálido
 y la rama rebosante de kakis
Mi kaki, el árbol más grande de mi jardín, estaba un poco ofendido porque nunca hablaba de él. Incluso le había dedicado unas palabras a mi avellano enano en un post de agosto, creo. Pero a él, aún nada, y eso que es junto con el azufaifo y el granado,  la especie arbórea que más abunda en los jardines del entorno de Venecia. Su carnoso fruto madura ahora, en noviembre.
         Y pensar que habíamos decidido abatirlo hace cuatro años porque desbordaba la dimensión reducida de nuestro espacio verde, invadiendo casi las lindes del vecino...Además ni siquiera nos daba fruto.
               Bien, pues no sé si por repique o qué, pero desde entonces no para de darnos frutos espléndidos.
Así que ahora no lo talaría por nada del mundo. Me encanta su fruta por el color naranja tan vivo, por el sabor exquisito, y hasta por el nombre. Sí, el caqui o kaki, es originario del lejano Oriente, al parecer de China y Japón.
                            Sabes que en Italia se le llama cacco?, o sea, suena" kako",
                                           y a mí me recuerda...
                                                 sabes a quién?..
                                                  ...Será por eso que me gusta tanto?

                                                      me recuerda a ...
                                                             pues  claro, jajaja ,
                                           a la mítica reina del blog culinario Kako - en guete! adorable  chilena en Suiza  (la primera que descubrí en la Red junto a Cibercuoca y me fascinaban sus blogs)


kakito madurito


mi  kaki, en noviembre de 2009,
estaba listo para árbol de Navidad
sólo le faltaban las lucecitas
 

Qué hermoso se ha puesto el kako de mi jardín!
Está rebosando de kakis esas frutas grandes carnosas de color naranja que cuando la planta se desnuda de hojas parecen las bolas del Arbol de Navidad. Hace dos años cayó tal nevada que fue un auténtico espectáculo ver el arbolito bajo el manto de nieve.

Este año, el otoño ha sido mucho más cálido del previsto y los frutos han madurado con anticipación y en el árbol, por primera vez  Así que según van madurando los vamos recogiendo. Está tan rebosante que una rama parece que va a caerse por su peso, y al vecino no le va a hacer ninguna gracia....
Por eso decido atreverme a hacer unos dulces con los  deliciosos kakis de protagonistas.
detalle de los kakis bajo el manto de nieve








 Bollito-flor de kaki
Ingredientes:
300 gr. de harina para dulces
el dulce pastel con velo de azúcar y dos kakis
 aún no completamente maduros y ya pesan 350 gr. cada uno!!!
5 kakis
180 gr. de azúcar
2 huevos batidos 
50 gr. de mantequilla o de aceite fino
la piel rallada de un limón biológico
un pellizco de sal (una cucharadita)
1 sobre de levadura avainillada para dulces
 jengibre rallado (opcional) 
 cinco kakis bien maduritos
para mi bollo 







Preparación:
Calentamos el horno a 180°C. aprox. resistencia inferior
Lavamos los cakis, los pelamos y machacamos su pulpa con un tenedor.
Montamos las yemas y el azúcar, después añadimos las claras batidas espumosas. Agregamos la mantequilla derretida., la sal la corteza de limón rallada y la pulpa de los kakis. Mezclamos con la batidora. Añadimos la harina  y la levadura a la mezcla. Revolvemos bien hasta que quede una masa homogénea y amalgamada.
Vertemos la masa en un recipiente, o varios, e introducimos en el horno caliente. Horneamos en la parte baja hasta que esté dorado el bollo, aproximadamente unos 40 minutos.
el bollito-flor de kaki sonríe de dulce que es
Sacar, dejar enfriar y espolvorear si se quiere con azúcar glass por encima. Servir como desayuno o merienda con cafè o té. Tiene un sabor particular, que nos ha gustado mucho.



Es una delicia poder comer este pastel con los kakis del propio jardín.




 dulce bollito en la terraza de mi cocina

Espero que tengáis unos muy felices días de noviembre.

P.S:  me encantaría visitaros frecuentemente porque siempre veo cosas que me fascinan y maravillan en vuestros espacios, pero si no me veis es que no puedo asomarme por falta de tiempo, que no significa olvido.

jueves, 16 de junio de 2011

Los Bosques del Mundo




     He estado en la muestra fotográfica "Bosques del mundo" en el Parque del Retiro de Madrid y me impresionó sobre todo la imagen de las raíces de un árbol torcido inmenso. Pero aún más, el mensaje a pie de foto:
     Donde mejor se cumple aquello de que lo esencial resulta invisible es en el mundo de las raíces. Cumplen al mismo tiempo con varias tareas: anclan y sujetan, captan y transportan agua y nutrientes, y cuando mueren, forman parte del alimento del árbol al cual pertenecieron. Es más, se abren paso como perforadoras en los más duros sustratos y mantienen íntimas relaciones con bacterias y hongos.


     Hablando de árboles, Platón decía que la memoria es como un árbol sobre cuyas ramas se posan los pájaros. El árbol es la mente y los pájaros son los recuerdos que van y vienen al árbol cuando menos lo esperamos, sin preaviso.



calceolarias
    Pablo Neruda describe como nadie su amado bosque chileno en su maravilloso libro autobiográfico Confieso que he vivido:..."Vuela una mariposa pura como un limón, danzando entre el agua y la luz... A mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias...En la altura, como gotas arteriales de la selva mágica se cimbran los copihues rojos (Lapageria rosea)... El copihue rojo es la flor de la sangre, el copihue blanco es la flor de la nieve...En un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el silencio es la ley de estos follajes...Apenas el grito lejano de un animal confuso...La intersección penetrante de un pájaro escondido...El universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música terrestre.
     Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta.
     De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo." Pablo Neruda.

      Ah! cuánto me gustaría algún día viajar a Chile, Argentina, a toda América Latina!


copihues rojos y blancos