viernes, 29 de julio de 2011

Albóndigas al Vapor con Jengibre y Ajonjolí

     En todas partes la gente está cada vez más indignada con una clase dirigente  mediocre e inepta. La crisis económica, unida a la falta de valores difusa, afecta a todos . En Italia, a la clase política se la llama despectivamente "La Casta" por los privilegios de que goza y se concede cuando los demás ciudadanos tienen que apretarse el cinturón hasta asfixiar.  Llegarán algún día vientos nuevos?...  De momento, lo que sí veo, es que domina en todos los sectores un cierto grado de escepticismo y resignación.
     Como dice  Eduardo Galeano en su obra Patas arriba, el mundo  se divide en indignos e indignados... Yo estoy del lado de los indignados aunque convenga estar al lado de los indignos que está mucho mejor remunerado. Da igual que cambies de país, los que están en el poder hablan la misma lengua y cuánto  aburren sus voces diciendo siempre las mismas cosas. Algunos dirán que se trata de lugares comunes...
rizoma de jengibre



  

Para aliviar la atmósfera caliginosa  que nos envuelve qué mejor que una receta ligera y como todas las que propongo, muy fácil de preparar y barata,  rica de sabor y en este caso pobre en calorías. Esto porque las bolitas de carne picada se hacen al vapor y no fritas, conservando todas las propiedades de los ingredientes. El toque especial lo da el aroma intenso de jengibre cuyo rizoma gordito se utiliza a menudo en la cocina oriental  y  se ralla como si fuera un limón, ris-ras ris-ras y ya está. La planta de jengibre procede de la India y su fragancia evoca ligeramente la madera fresca del limonero silvestre. En el supermercado cerca de mi casa lo encuentro sin problemas en el reparto de frutería aunque esta vez utilicé el jengibre en polvo. El ajonjolí lo uso solamente para tostar las bolitas al final, una vez cocinadas y así darles una consitencia crujiente en superficie y tierna en el interior.

semillas de ajonjolí o sésamo


Receta de albondiguillas al vapor

cazuela con la vaporera donde se cuecen las albóndigas
Ingredientes:
400 gr. de carne picada mixta (ternera y cerdo)
2 zanahorias medianas picadas
1 cebolla pequeña triturada
1 panecillo empapado en leche y desmenuzado
1 huevo entero
un poquito de sal
una cucharadita de jengibre en polvo
pan rallado
presentación final:
una cucharada de perejil picado o albahaca
una cucharada de semillas de ajonjolí 
dos cucharadas de aceite de oliva virgen






Preparación:

     Ponemos a hervir  un poco de agua en una cazuela que contenga la vaporera.
     Mientras tanto mezclamos todos los ingredientes en un bol, es decir, la carne picada junto a las zanahorias y cebolla trituradas crudas. Añadimos el pan mojado en leche, escurrido y desmenuzado, el huevo, el jengibre y la sal.
     Con las manos humedecidas formamos las bolitas del tamaño de una nuez. Las pasamos en el pan rallado y las colocamos en la vaporera para que se cuezan al vapor durante unos quince minutos.
     Pasado ese tiempo, sacamos las bolitas del recipiente del vapor con cuidado para que no se rompan. Se pueden servir así simplemente pincelándolas con el aceite mezclado con el perejil o la albahaca. O, más tostadas y crocantes, pasándolas un minuto a fuego vivo en la sartén antiadherente con una cucharada de aceite y las semillas de ajonjolí. Yo las prefiero así, aunque quedan muy suaves con el perejil picado y aceite en crudo. Las serví acompañadas de ensalada y berenjenas asadas. En la foto no se aprecian bien , pero puedo asegurar que las dos versiones han encantado a todos los comensales.

Albondiguillas al vapor en las dos versiones: con aceite en crudo y albahaca y tostadas con ajonjolí



jueves, 28 de julio de 2011

Un poco de Adriático en casa


Vista del puerto de Rovigno (Croacia)

puesta de sol en Rovigno

callejuela empedrada de la ciudad vieja

Rovigno o  Rovinj es una bonita localidad croata situada en el litoral occidental de la península de Istria, la más grande del Mar Adriático, y dista de la ciudad de Trieste solamente una hora. De mi casa, creo que está aproximadamente a tres horas de coche.
      Pasamos allí unos momentos muy relajantes en la Semana Santa de hace dos años, y me gustaría volver, pues merece la pena. Por el paisaje, la gente, y la magnífica comida a base de pescado.  Algo que la asemeja , en cierta forma, a Galicia, pero con clima mediterráneo. Las bonitas callejuelas de la ciudad vieja recuerdan a Venecia.
     Se alquilaban habitaciones a muy buen precio, imagino que con la crisis  algo habrá cambiado. Se pueden hacer excursiones en barco a la isla Crveni Otok, o Isla Roja llamada así por el color de la tierra. El agua, en cambio, tiene un color verde azulado transparente ideal para practicar submarinismo. En esta isla  se pueden comprar collares de turquesas a buen precio, y otros recuerdos. Lo más difícil que se presenta al turista extranjero es el idioma, aunque la verdad es que el italiano lo entienden, dado que, durante siglos, la península de Istria perteneció a la República de Venecia.
En este recuerdo hoy cocinamos el pescado del Adriático más fácil de preparar y que además estaba en el mercado a buen precio. Luc me ayuda asando en la chimenea las lubinas y las doradas, mientras yo en la cocina preparo los langostinos hervidos (éstos son argentinos) y los calamares a la plancha.
     Los calamares, una vez limpios, los meto tal cual sobre la plancha embadurnada de aceite de oliva virgen. No necesitan sal.
calamares haciéndose a la plancha

doradas y lubinas listas para asar



Para asar en la parrilla:
     Limpiamos el pescado de sus interiores, salamos por fuera y por dentro. Introducimos en la abertura trocitos de ajo y romero.
Pescado cocinado : doradas y lubinas
calamares y langostinos
     Se prepara una taza con aceite de oliva virgen aromatizado con ajo, romero y albahaca. Pasamos con la rama de romero embadurnada en aceite (o con pincel) sobre el pescado  y lo asamos dejando que se tueste para poder darle la vuelta.
     Los calamares a la plancha, una vez hechos se espolvorean con un majado de ajo, perejil y albahaca.





sábado, 23 de julio de 2011

Croquetas sabrosas a lo pobre



Esta mañana hacía mucho calor pero corría la brisa y no daba la sensación del bochorno pegajoso de los días pasados. Eterno dilema, qué hacer hoy de comer??? Tenía unas pechugas de pollo asadas que me sobraron de ayer y, para aprovecharlas, he decidido hacer unas croquetas de pollo. Con el fin de darles un sabor un poquito más vigoroso, les añadí unas lonchitas de embutido de lomo que también estaban en la nevera muertas de risa y un poquito de queso parmesano que nunca falta en mi cocina. El resultado fue que las croquetitas quedaron divinas. Pobres, por los ingredientes utilizados pero, riquísimas de gusto, y perfectas servidas con un buen plato de ensalada fresca como hice yo. A mi Alfi le encantaron.

Receta de croquetas sabrosas a lo pobre 

Ingredientes:

250 gramos de pechuga de pollo asada
4 rodajas de embutido de lomo (o chorizo u otro)
4 cucharadas de queso rallado curado tipo parmesano
1 o 2 dientes de ajo
para la salsa besamel:
3  vasos de leche (aprox.600 ml.)
4 cucharadas colmadas de harina
un pellizco de sal
un poquito de nuez moscada
30 gramos de mantequilla 
para empanar las bolas:
2 huevos batidos
pan rallado
aceite para freír

Preparación:

Trituramos el pollo, el ajo y el embutido en la picadora eléctrica para que quede todo bien desmenuzado y homogéneo.
En una sartén antiadherente ponemos a derretir la mantequilla y en ella rehogamos el picado junto al queso rallado. Sazonamos con poca sal, añadimos la harina y nuez moscada. Dejamos que se dore un poco revolviendo con cuchara de palo. A continuación vertemos la leche fría poco a poco y removiendo siempre para que resulte una besamel suave y sin grumos que envuelve la carne en una masa fina. Rectificamos de sal y cuando la masa se desprende de la sartén, la retiramos dejándola enfriar.
     Con las manos mojadas cogemos una porción de la masa del tamaño de una nuez y le damos la forma ligeramente ovalada y seguimos de esta forma hasta terminar.
     Pasamos las croquetas por huevo batido y pan rallado. Por último se fríen a fuego medio y cuando están bien doraditas se escurren sobre un papel absorbente del aceite sobrante .
     Quedan estupendas para una comida rápida de verano con un gazpacho de primero y acompañadas de  unas hojitas tiernas de ensalada.

jueves, 21 de julio de 2011

Arroz con Leche aromatizado con Canela y Regaliz


El arroz con leche es siempre un postre que si está bien cremoso resulta muy sabroso. Yo lo he hecho a mi manera de siempre pero añadiéndole un toque final innovativo que quedó delicioso.

     Y es que aprovechando que Luc me trajo de Calabria un paquete de regaliz en polvo superaromático que compró en el Museo del regaliz de Rossano, he decidido experimentar con este sabor en la receta de arroz con leche. El resultado fue verdaderamente exitoso, de rechupete!!!
     El regaliz, mejor llamado orozuz, es una planta perenne, herbácea, con tallos leñosos y que crece espontáneamente en el área del Mediterráneo, cerca de los ríos y puede alcanzar un metro de altura o más. Las hojitas compuestas de la planta, recuerdan a las de la acacia como se puede apreciar en las imágenes. Las flores crecen en racimos y son azuladas. Son los rizomas los que contienen un jugo dulce y mucilaginoso con propiedades pectorales y emolientes. En el sur de Italia, y concretamente en Sicilia y en Calabria abundan las plantas de orozuz, llamado "liquirizia", y se utiliza mucho en la cocina, sobre todo en repostería, pero no sólo, puesto que también sirve para dar un toque especial a risottos, pescados, ñoquis, etc. Además se usa en la fabricación del típico licor de regaliz y a mí, donde más me gusta su  intenso sabor, es en el helado.


Museo del regaliz en Rossano (Calabria)
Propiedad de la familia Amarelli que lleva elaborando esta pasta negra desde el lejano 1731


 Detalle de la planta de regaliz "Glycyrrhiza glabra" con el rizoma



Planta de orozuz o regaliz silvestre


polvo de regaliz

Me gustaría cultivar en mi jardín una plantita de orozuz. La iré a buscar en el invernadero que hay cerca de mi casa. Allí venden muchas plantas procedentes de Sicilia y espero que la tengan.



Receta de arroz con leche y regaliz
Ingredientes:
Una taza de arroz (200 gr.)
Dos tazas de agua
Un litro de leche
Seis cucharadas de azúcar
Una cucharadita colmada de sal
Un palo de canela en rama
La piel de un limón
Decoración: Canela en polvo y regaliz en polvo (orozuz)





foto del arroz con leche tomada por Alfi con su móvil

Preparación

     Ponemos a hervir en un cazo la cantidad de agua que duplica la de arroz. Cuando rompe a hervir, echamos la sal y el arroz. Hervimos a fuego lento durante diez minutos. Mientras tanto en una olla más grande ponemos a hervir un litro de leche aromatizada con la cáscara de un limón y un palito de canela. Cuando hierve, vertemos el contenido del cazo, es decir, el arroz semicocido con su agua en la leche hirviendo. Seguimos cociendo el arroz con leche a fuego lento. Pasados unos 15 o 20 minutos añadimos el azúcar. Revolvemos con cuchara de palo y dejamos cocer otros diez minutos más para que quede supercremoso. Apartamos del fuego y volcamos el arroz en una fuente grande para que se enfríe. Retiramos la monda de limón y la rama de canela. Espolvoreamos con canela  y el regaliz en polvo. Se deja enfriar muy bien, poniéndolo en la nevera durante algunas horas. El resultado es que el arroz toma un color tostado como si se hubiera quemado a la llama la superficie debido al regaliz, y el sabor es único. Yo lo prefiero templado o del tiempo, pero a mis hijos les gusta más bien muy frío.
Qué aproveche!

martes, 19 de julio de 2011

Las Filloas de Mamá Delfina




puesta de sol en la playa de las pipas (Revoredo)
foto tomada por Luc con su móvil

     Los veranos en Galicia cuando nos juntamos todos los hermanos con nuestras respectivas familias y nuestra madre materna me traen los recuerdos de la infancia. Los aromas del bosque de pinos y eucaliptos y las fragancias de las plantas de anís silvestre se mezclan en el aire al olor de mar y berberecho, despertando los sentidos, el buen humor y la memoria de los años felices y despreocupados. También los colores juegan su parte. Las gamas de azules y celestes del océano se armonizan con los verdes rutilantes de la vegetación hasta que la bruma marina los envuelve y difumina. A menudo, el sol puja por salir entre las nubes rebosantes de agua que descargan su peso y todo se torna gris. Pero al final el astro rey vence y se impone, dejando la exuberante vegetación exhibiendo su manto más intenso y brillante. 
     La puesta del sol en la playa de Las Pipas en Revoredo es magnífica. El sol desciende por el horizonte y se apoya como un huevo frito sobre la bandeja de agua, tiñendo el crepúsculo de tonos anaranjados, rojizos y violetas. A nuestras espaldas queda el monte...

     En estos recuerdos de mi tierra natal no puede faltar una receta facilísima y muy sabrosa que es la de las filloas como me enseñó mi mamá Delfina, una gallega DOC. Yo le voy a dar un toque personal rellenándolas con dulce de leche argentino. Salen perfectas, aunque reconozco que las de mi madre son insuperables, una auténtica obra de arte con puntillita y todo.



Filloas de mamá

Ingredientes para cuatro personas:
una taza grande de harina
dos tazas grandes de leche
un huevo
una cucharadita de levadura en polvo
una cucharadita de sal
cuatro cucharadas de azúcar
opcional: para el relleno un poco de dulce de leche (yo usé dulce de leche Capitán Gaucho)




Preparación
Batir todos los ingredientes en la batidora hasta formar una masa bastante líquida. A continuación untar una sartén antiadherente con un poquito de mantequilla (o tocino) y cuando esté caliente verter un cucharón de la masa en la sartén de modo que cubra  sólo el fondo sutilmente. Cuando cuaja se le da la vuelta con una paleta de madera y después de unos segundos cuando se dora un poco, se saca para un plato. Entonces se pueden rellenar, como yo he hecho, con una cucharada de dulce de leche, o como hace mi madre espolvoreándolas bien de azúcar por arriba. En cualquier caso quedan riquísimas y se las devoran los comensales en un plis plas.

 Aquí en la foto se ven la últimas. Lástima que no dispongo de una buena cámara, es sólo la del móvil



Foto de las filloas tomadas por Luc con su móvil

domingo, 17 de julio de 2011

Bienvenida la Salvia en la cocina!

La salvia de mi jardín está hermosa y por ello he decidido preparar una receta que sirve como acompañante o aperitivo, con todas las propiedades que tiene esta planta. La salvia officinalis es muy fácil de cultivar, resiste los fríos rígidos del invierno y los calores bochornosos del verano y sus hojas las podemos utilizar bien para preparar una infusión digestiva, bien para preparar la deliciosa receta de hojas de salvia en gabardina. En los jardines italianos es muy frecuente cultivarla junto a la planta de romero, ambas perennes, de flores azuladas  e intensamente aromáticas.





Hojas de salvia en gabardina fina

Ingredientes:
Un buen puñado de hojitas de salvia frescas
Una taza de harina
un chorrito de agua
una cucharadita de levadura en polvo
un pellizco de sal

Preparación

      Hacemos una masa mezclando los ingredientes sólidos y bajo el grifo dejamos caer un chorrito muy fino de agua y batimos para que quede una masita densa donde sumergiremos las hojas de salvia con su rabito. Después las freimos en aceite y cuando están ligeramente doradas y crujientes se sacan y se escurre el exceso de aceite. No quedan nada grasientas.
     Se sirven templadas o frías espolvoreadas con unas arenitas de azúcar o de sal (a gusto del comensal). Yo las espolvoreé con un velo de azúcar.  El resultado es que los invitados quedan agradablemente sorprendidos del original aperitivo que desprende el sabor del bosque y se las devoran en un periquete.
      A mí me quedaron así como se ve en la foto, deliciosas (modestia aparte, je,je,je).