Una de las vistas cercanas a nuestra casita de verano en Galicia en las Rìas Baixas |
Tus
ojos me recuerdan
las
noches de verano
negras
noches sin luna,
orilla
al mar salado,
y el
chispear de estrellas
del
cielo negro y bajo.
Tus
ojos me recuerdan
las
noches de verano.
Y tu
morena carne,
los
trigos requemados,
y el
suspirar de fuego
de los
maduros campos.
Antonio Machado
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mi kakito verdecito... |
Casi sin darnos
cuenta acaba de empezar el otoño y aunque el verano
resiste, los días se acortan, las noches refrescan, pero el sol cuando sale nos acaricia con sus rayos aún ardientes. Los viñedos se preparan para la vendimia y los campos dorados ya han dado sus espigas.
El paisaje campestre que atravieso en mi coche cada mañana al ir a trabajar es muy lindo ahora que las nieblas aún no arrecian.
En medio de la llanura se vislumbran al fondo las cumbres de los Alpes en estos límpidos días. En mi jardín, los pocos kakis que han aguantado en el árbol las sacudidas de las tormentas de agosto están ya carnosos y redondos, pero verdes, esperando su momento en que semejen bolas naranjas de Navidad.
resiste, los días se acortan, las noches refrescan, pero el sol cuando sale nos acaricia con sus rayos aún ardientes. Los viñedos se preparan para la vendimia y los campos dorados ya han dado sus espigas.
El paisaje campestre que atravieso en mi coche cada mañana al ir a trabajar es muy lindo ahora que las nieblas aún no arrecian.
En medio de la llanura se vislumbran al fondo las cumbres de los Alpes en estos límpidos días. En mi jardín, los pocos kakis que han aguantado en el árbol las sacudidas de las tormentas de agosto están ya carnosos y redondos, pero verdes, esperando su momento en que semejen bolas naranjas de Navidad.
Para entonces, ya se habrá desnudado de hojas
mi kako, dejando admirar sus escasos frutos, lamentablemente, esta añada.
Pero ahora, a la cocina que me pierdo con mis cosas:
Pero ahora, a la cocina que me pierdo con mis cosas:
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el pulpo requiere el connubio con un buen vino, puede ser albariño, ribeiro... yo le he puesto un fresco Pinot Grigio del Véneto |
La receta que cuelgo hoy es fácil y exquisita y me trae los aires de mi Galicia meiga.
El hórreo no podía faltar |
Ingredientes
Un pulpo grande o dos pequeños
sal gruesa
pimentón
queso cremoso de tipo "tetilla"
dos hojas de laurel
cebolla
aceite de oliva virgen
Ponemos a hervir abundante agua en una cazuela amplia con una cebolla y dos hojas de laurel. Cuando se produce el hervor introducimos el pulpo ya lavado y lo sacamos del agua tres veces seguidas (es una especie de ritual pero no sé muy bien para qué sirve, se lo he visto hacer a mi madre...). Razón hayla.
Dejamos cocer unos 40 minutos, depende del tipo de pulpo y del tipo de agua. Basta pinchar y ver que quede blando pero no demasiado para que no suelte la piel.
Cuando está en su punto, "al dente", troceamos el pulpo con las tijeras. Espolvoreamos con un poco de sal algo gruesa, echamos un chorrito de aceite de oliva y le colocamos por encima unos trocitos de queso tipo tetilla para gratinar en el microondas unos dos minutos. Por último, añadimos el pimentón. Y ya está.
Yo tenía miedo de que no me resultara bien con el queso y le he echado demasiado poco. Sin embargo, les ha encantado a todos y la próxima vez le pondré más queso picado por arriba ya que casa muy bien su suave sabor con el fuerte del pulpo.
Podemos servirlo acompañando con las patatas troceadas hervidas en el agua del pulpo y simplemente aliñadas con sal, aceite y, si se quiere, un poquito de pimentón. Están muy buenas.
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los cachelos o patatas hervidas en la misma agua falta echarle el pimentón a gusto están ya ricas solo con sal y aceite |
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el pulpo con el queso gratinado |
Un abrazo y hasta la próxima conversación esperando ser más escueta.
Os deseo un feliz final de septiembre,
Chusa